viernes, 12 de diciembre de 2008

✒ HAIKÚS, TANKAS y otros poemas, inéditos, 2005








una hoja, si
cayendo hacia arriba
así eres tú


gigante dormido
usas sábanas de nubes
como el aire el rocío


sólo un paso
parece que se mueve
el aire pasajero


crepúsculo rojizo
¿te robas el sol
o le haces el amor?


espuma cabalgando
brisa ondulada
ronco río ¿ríes?


calle vertical
apenas unas gradas
te esculpo descendiendo


un árbol unas hojas
que caen hacia arriba
eso eres tú


para el limón la manzana
es una fruta especial
definitivamente agria


árbol cortado
dos pasos circulares
tu sombra ronda


es gota nácar
un limoncillo verde
un lento beso

camina quedo
reposa inquieta
sombra sin tacto


arrolla el aire
una cuerda al reventar
notas que se van


brillan tus ojos
con ternura de orfebre
sonriendo sin fin


sentada al aire
apaciguas el viento
acariciando


raído niño
el arcoiris travieso
se reduce a nada


pollera rosa
gira como cascada
y vuelve a girar


flotas sin hablar
minucioso abalorio
entre mis manos


cuelga del cielo
un beso salpicado
llueve sin parar


la noche clara
se bebía la niebla
gota ä gota


ruidosa sombra
de pestañas oscuras
de signos raros


caminas río
las líneas de la mano
buscando estrellas



TANKAS

IMPOSIBLE

no ser ni tu luz
ni el cansado ropaje
de tu memoria
ni el infinito clamor
ni la impaciente dicha

penumbra clara
transparente viento
seda matinal
irisado resplandor
ondulante espada

fresca la niebla
golondrina lechosa
un paso en falso
y carda la húmeda
visión su pena

en la oscuridad
divagas sombra ajena
muerdes tu risa
de gris andar inquieta
pozo profundo y negro

desprendida luz
negrura arremangada
enigma eterno
camino junto a ti
soy sólo tu fantasma

un espectro azul
una caricia fugaz
un claro puñal
que renace en mi mano
que cercena tu luz

cicatriz apacible
enjalme de un recuerdo
armado de voces
que rugen de calladas
que ríen desdentadas

otros

Instantánea

ata luz
al delgado sol
que quiebra la ventana
reúne la voz
el minúsculo beso
que ensortija el visillo

Portal

puerta rectangular oscura
encajada en el vano hosco
espécimen de mano trémula
presa caricia sosegada

oscuridad de presencia maciza
gris el triste inocente rincón
cegado por la mano ciega
que apenas puede asirla

puerta, puente levadizo
camino acurrucado
escalera de un solo escaño
animal abierto en celo

Subitánea

una a una sube cada una de las gradas
lomos angulosos trabados en una
adarga ondulada alfombra ascendente
cada paso más sumido en un sonido
todo descanso anida encrucijadas

una ventana intemporal trastornada
la honda distancia dueña de cornisas
del viento huye en un tropiezo
el laberinto en un sismo concentrado
la luz una mirada gris encandilada



Con tacto

no eres la furia ciega que escondió mi sed
que ha empujado al potro, pariente del fuego;
estrellada luz mengua su voz ante un espejo opaco
y escancia en pálido fulgor su ira transparente

Monstruo diminuto que esclaviza mis huesos
esculpe sus pasiones e insufla sus venas rotas
exhala el frenesí por sus fauces ardientes
y me deja una caricia azul parecida al cielo

Visita

Se regocija el viento
al anularse la luz
y baja la noche
por un río denso
impalpable
que me penetra
como un hacha
silenciosa

Algo

Vasto retablo
donde amarilla la luz
vaga ilusión
acariciando la superficie de tus cuencas

Acaricio los objetos oscuros que la
penumbra me devuelve como sombras

Noche oscura

Despierto en plena noche
rumiando una pesadilla
justo cuando lo definitivo de la sombra
apenas se ve interrumpido
El brillo tenue de los rincones difusos
da la idea de ojos ciegos esparcidos
que se mueven lentos en la niebla quieta
Lo negro no existe solo se presiente
en cada gris que reina en silencio

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